Con el Porfiriato la economía mexicana
entro en la fase capitalista. Después de un largo y accidentado proceso de
negociaciones informales se reiniciaron las relaciones diplomáticas entre
México y Francia. Esto incrementó el flujo de hombres, mercancía y capitales que
cruzaban el atlántico con destino a Europa. Sus diferentes áreas de producción
fueron incorporadas al sistema de los países industrializados y estimularon el
incremento del comercio y la inmigración.
Había dos tipos de comerciantes:
Los pobladores que vendían lo que ellos
mismos cosechaban. Vendían en pequeñas cantidades y sólo en su región.
Trabajaban comúnmente con el trueque con artesanos que comerciaban en menor
escala. Los joyeros fabricaban diversos objetos con piedras preciosas, las
cuales eran vendidas a la nobleza, y se les pagaba bien pues eran consideradas
artesanías.
El otro tipo de vendedores eran miembros
de poderosas organizaciones que tenían el monopolio del comercio exterior; Se
les dominaba pochteca. Este tipo de comerciantes no solo constituyo una clase,
sino además gozaba de organización y fuero propios.
A finales del siglo XIX México era un país
típico agropecuario de América Latina. Se desarrollaban las ramas de la
agricultura cuya producción se destinaba a la exportación. Se utilizaba maquinaria
y casi no existía la agrotecnia y la irrigación.
El desarrollo industrial del país se
distinguía por el predominio de la producción minera. La industria metalurgia
comenzó también a desarrollarse con la aparición de fábricas de fundición de
oro, plata y plomo. La industria de la transformación estaba representada
básicamente por empresas textiles, y a comienzos de 1910 existían en el país
150 fábricas; también adquirió relevancia en la construcción intensiva de vías
férreas y para el año de 1911 alcanzó la cantidad de 24 mil kilómetros.
El desarrollo económico en ésta época se
determinó no sólo por el atraso del país. Si no también por la penetración del
capital extranjero en todas las ramas de la economía nacional.
Aunque la economía mexicana se desarrollaba
con mucha lentitud y la mayoría de los campesinos, de los obreros de las minas,
manufactureros y sobre todo indígenas aún padecían las prácticas de peonaje y
las casas de raya.
Bibliografía: “Administración
de pequeñas y medianas empresas. Quinta edición” de Joaquín Rodríguez Valencia. Enlace
“Empresarios
extranjeros en Guadalajara durante el Porfiriato” de Sergio M. Valerio Ulloa
Gracias por el dato :)
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ResponderEliminarBuena info
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